El espectáculo no tiene límites: El canal CUATRO casará a novios

¡Qué bonito género el de la telerrealidad, donde el entretenimiento radica en ver sin ser vistos, donde explotamos nuestra parte más voyeur mirando a través de un agujero lo más privado de la realidad, que se presenta tan sucia y, a la vez, tan excitante!

El fenómeno en España comenzó con Gran Hermano, como todos sabéis. En la televisión estadounidense fue a mediados de los 70, cuando una cámara siguió por una semana la vida de una familia desconocida. A partir de eso el género se ha reciclado, saltando barrera tras barrera, superando con creces los límites éticos. Algunos lo califican de experimento sociológico. Pero la realidad sólo obedece a una máxima: la de "todo por la audiencia".

A ello me vengo a referir hoy, cuando salta la noticia de que el canal CUATRO va a emitir un nuevo programa/espectaculo/reality presentado por la gran dama española del 'talk-show' y de la telebasura en su estado más puro, Patricia Gaztañaga, que en su nuevo programa de CUATRO 'casará' a novios. Y yo me pregunto: ¿cómo que no se le ha ocurrido a Tele Circo Cinco?

Según informa ElDiarioMontañes.es, la cosa va así: hay novios que no pueden hacer el bodorrio de su vida, así que a cambio de ser el centro de atención y de que su ceremonia (supuestamente es un acto de fe y un día irrepetible y exclusivamente íntimo para compartir con los más allegados) sea televisada... CUATRO les paga una boda a todo tren.

Yo me sorprendo de que luego se critique a las putas porque cobren por vender su cuerpo. Porque hay otro tipo de putas a las que media sociedad aplaude, putas a las que muchos endiosan, putas a las que muchos desean imitar. Son las que salen en la televisión vendiendo sus intimidades, o peor, las que salen en televisión vendiendo las intimidades de los demás. Al fin y al cabo, las putas a las que crucificamos solo venden su cuerpo, no su alma. Estos individuos e individuas venden todo el pack, y nos parece lo más normal del mundo.

Los 2.600 novios que se han presentado al casting del nuevo programa de CUATRO son otro tipo más de putas. Casarse así no tiene ningún sentido. Ya de paso, propongo a los de CUATRO que graben la noche de bodas, las lágrimas de la suegra con un primer plano, que repitan cinco veces la toma del sí quiero y que también estén presentes en el posterior divorcio o incluso en las discusiones y cuernos de pareja. ¡Ahí, ahí, toma realidad!

Este programa es, otro de los ejemplos que demuestran que nos hallamos en una sociedad narcicista y ególatra que encuentra placer en la burda exhibición de su vida, vendiendo los mejores momentos ésta, como el que viaja y ve a través de su cámara lo que debería estar viendo a través de sus ojos.

Respecto al formato, hemos vuelto a rizar el rizo, aunque lo de las bodas no es lo peor. Recuerdo que de realities ha habido autopsias en directo a animales, programas de cirugía estética, grandes hermanos con menores de edad o las últimas horas de un enfermo terminal...Vaya. Entre esta ristra de variada temática el programa de las bodas parece incluso bonito. Pero no hay que dejarse engañar por las comparaciones, por eso, el azote de hoy, es para CUATRO.